Todo el mundo mundial suspira por una página web guay o por un blog molón. Por puro pasatiempo o porque quiere vender sus habilidades profesionales o tiene un negocio que no va ni p´alante ni p´atras. O bien va a abrir un establecimiento comercial y desea estrenar a la vez una website con estilo y buen gusto que le haga vender más y difundir su negocio. Bueno, quizá algunos no, será porque no tienen ni idea de que tu página web es un “comercial” vendiendo 24 / 7 / 365 constantemente y sin descanso, pero bueno, esos ya verán la luz…
Resumen:
Las preguntas que te planteamos a continuación debes contestarlas para ti (o teniendo uno o varios testigos de cargo a tu lado ;D ) de manera escrupulosamente sincera. Si te mientes a ti mismo, malo malo malísimo. Este test va muy en serio aunque tiremos de homor coloquial para que el trago de la franqueza no te deje graves secuelas emocionales. ¿Te atreves bajo estas premisas? ¿Prometes decir la verdad y nada más que la puritita verdad? Pues hala, después de leer el aviso legal, la política de privacidad y cookies y otros banners aderezados con pesadeces varias a discreción, se abre la sesión.
¿Para qué leches quieres una web?
Hay personas a las que se les antoja una web por imitación (muy darwinistas ellas) o por capricho tontorrón. Si es por capricho y deseas una web para pasar el rato y matar el tiempo a clics, nada tenemos que objetar al respecto. Puedes hacer de tu capa un sayo, o sea, tú mismo.
Otra cosa es si te estás planteando algo más serio por razones laborales o mercantiles, es decir, quieres una página web comercial para dar a conocer tus servicios o productos, tus objetivos empresariales o profesionales y tu ubicación y forma de contacto.
Eso es ya una decisión más que razonable. Debes empezar, siquiera sea de modo referencial y en líneas maestras muy generales, por estudiar qué contenidos habrás de incluir en la web, más o menos las personas que pueden estar interesadas en lo que tú pretendes vender, qué hace la competencia en materia de marketing y publicidad y asuntos de similar naturaleza.
El qué está tomando cuerpo, ya parece algo. De momento es un raquítico croquis o esquema garabateado en un papel de ocasión. Así empezaron su andadura miles de emprendedores. Guarda el papel por si las moscas no vaya a ser que el éxito de tu empresa sea tan arrollador que esa hojita de amanuense del siglo XXI valga su peso en oro al encaramarte al podio de la fama inmortal. Algunos gurús empezaron en un garage su camino a la restringida lista de multimillonarios de Forbes. Venga va, riéte un instante y seguimos con el cuestionario.
¿A quién buscas con tu web?
Ya te vemos contestando nerviosamente al tiempo que mueves las manos alocadamente, ¿Quién yo?, ¡a nadie! Te equivocas, toda persona que aspira a ser empresario (o autónomo profesional, que para el caso es igual) necesita clientes para vivir, ¿o no? Esto es, tú subconsciente está buscando un target o dicho en román paladino (lengua prosaica del pueblo llano) tu público objetivo.
El target se define como el colectivo más apropiado para que le vendas la moto (tu producto, tus servicios). En la primera fase lo normal es que tengas in mente ideas aproximadas de esa clientela potencial a la que pretendes atraer hacia ti o tu empresa. En cualquier caso, es obligado estudiar a fondo tu target para saber cómo te vendes y elegir una ubicación acorde con esa relación comercial básica de oferta y demanda cuanto más cerca mejor que mejor (este factor no es fijo, admitiendo variables en función del tipo de negocio y las necesidades que cubre más allá de los estrictos ámbitos geográficos).
¿Quieres atractivo en tu web?
No te pongas de perfil ni te mires en el espejo. No nos referimos a tus encantos personales. Pero tu web si ha de ser atractiva y no un muermo de pastiches de saldo: fotos de la época de Maricastaña, textos fusilados de un amigo poetastro y un diseño de válgame dios. Para atraer clientes y parecer la empresa más guapa y fetén del barrio o del universo debes tener una fachada web espléndida. Y has de pensar en términos de marketing y publicidad. No hay otra alternativa viable para competir con éxito en el mundo de ahora mismo. Marketing online o digital, marketing clásico, publicidad en diferentes formatos, redes sociales, recomendaciones boca a boca… Todas ellas y más son herramientas que más tarde o más temprano usarás para que tu imagen y tu reputación suban como la espuma (o bajen hasta el infierno de las quiebras súbitas o los fracasos de llorar a solas).
Recuerda que nuestro consejo es mejor no tener nada que una web cutre. Si los cleintes entran en tu web y es cutre, pensarán que tu negoio o empresa también lo es, ellos no pensarán que no tienes tiempo pobre… si no tienes tiempo para cuidar tu web (tu imagen), tampoco lo tienes para cuidar tu producto o tus clientes.
¿Habrá segunda cita?
Vamos a suponer que ya tienes visitantes que miran tu escaparate web, unos dan la sensación de cierto embeleso o interés, otro grupo se despide a la francesa y un tercero ni pincha ni corta, usease (perdón por la licencia), miran de reojo y escapan al ritmo acelerado de las películas mudas de El Gordo y El Flaco.
Captar la atención de manera duradera en los tiempos que corren cuesta un riñón. Hay tanto ruido ambiental (imágenes por aquí y por allá, millones de gritos compitendo entre sí, luces que parpadean sin cesar) que tu tímida y novata web se las ve y se las desea para decir hola, soy yo y que alguien se digne escucharla.
Hay una herramienta que se puede convertir en tu amiga del alma, se llama Google Analytics y puede analizar en exclusiva para ti las conductas de los visitantes a tu hogar web: qué miran, donde van con el ratón y que trayectorias sigue, cuánto tiempo permanecen en la página… Estos sustanciales datos y otros similares te permitirán ajustar los contendios de tu website. El objetivo es quedar para una segunda cita, eliminando errores de diseño estructural y añadiendo detalles de distinta índole, tanto de carácter esencial como secundarios. En definitiva, quitando lastre (lo que no funciona) y poniendo guindas que sirvan de añagaza amable o suliminal para seducir con sencillez y sinceridad en esa la tan ansiada segunda cita. Si hay segunda cita, el amor puede ir a más.
¿Trabajas o estudias?
Una página que incite a interactuar, que tenga labia escénica, es en principio una buena web. Ella debe provocar un diálogo simple sin entrar en detalles escabrosos. Para eso tu website ha de ser acogedora y dar confianza al visitante. El internauta que navega por el peligroso y enigmático universo Worl Wide Web agradece hacer pausas en puertos seguros y tomarse un respiro antes de continuar con su singladura. Tu página web debe invitar a una conversación amena, a que los visitantes suelten amarras psicológicas y digan algo de sí mismos: rellenar formularios, plantear dudas, dejar un email o el número de teléfono, a qué se dedican o que estudios tienen. Algo puede ser mucho. A partir de ahí el destino dirá: aventura coyuntural, noviazgo informal, pareja de hecho o matrimonio a la antigua usanza. Tiempo al tiempo, como exigen los buenos caldos.
¿Eres como tod@s?
No se trata de sacar pechonalidad sexyboom fuera de tono o de marcar morros machotes a lo Marlon Brando… pero también. Recuerda que hay en internet alrededor de 1.800 millones de websites. Si eres como todos y todas, feo asunto. Reconoce entonces que eres del montón. No te resignes ni abandones todavía, por favor. Si tú te crees que eres diferente… lo eres, sin duda alguna. Sé original siendo tú.
Cuenta de ti la mejor historia. ¿No tienes nada memorable que contar? Invéntala. Como lo oyes. Un relato imaginativo o de fantasía desbordante prende muy bien en las mentes rebosantes de problemas demasiado reales y tangibles. A todos nos encanta que nos cuenten cuentos. Esa cadencia viene de lejos, de los primeros chismorreos cavernicolas alrededor de la fogata y de las nanas de mamá o la abuela que arrullaban tu titubeante niñez. Créate una personalidad creíble, valga la redundancia. Un relato convincente anida directamente en el alma emocional, esto es, en el segundo cerebro, ese que los neurólogos denominan límbico.
¿Pagando o por la cara?
La pregunta ofrece una disyuntiva un tanto falsa, sin embargo es elocuente y causa impacto. Lo hicimos adrede. Pretendemos poner énfasis en un aspecto importantísimo antes, durante y después de todo desarrollo web. Tu web puede recibir visitas por tres caminos distintos: por navegación espontánea, a través de links en webs amigas (o blogs o recomendaciones altruistas en mass media y redes sociales) o mediante listados obtenidos en motores de búsqueda, Google, sin ir más lejos.
Para atraer ese tráfico precisas poner señuelos, utilzar anzuelos o dar pistas fehacientes de lo que tienes y quieres ofrecer a tu potencial clientela (target segmentado o público objetivo). Y ello lo puedes realizar con herramientas gratuitas pero que requieren horas de atención o pagando honorarios a profesionales y/o adquiriendo software y/o acudiendo a plataformas de pago. Reuerda que nadie regala nada, si pagas cutre tendras cutre, si no pagas, obtendrás nada o malo y si pagas un precio razonable tendrás una buena web. Solo te podemos recomendar que busques a gente honesta y revisa las opiniones de otros clientes, es lo mejor para tu proyecto y la inversión que hagas en este sentido te retornará con creces.
Conceptos clave a dominar, ahí va una retahíla de ellos: anuncios de texto, spots, promociones, redes sociales, estrategias de marketing, publicidad, SEO, SEM, contenidos web… Retén este pensamiento que a simple vista parece banal: lo que ahorras hoy lo terminarás pagando mañana.
¿Necesitas ayuda?
Esta pregunta tiene mucho que ver con ese palabrota anglosajona citada hasta en los entierros de tercera: storytelling. Se refiere a los contenidos de la web, la chicha de la página. El arte (a veces no pasa de mera técnica) de narrar una historia puede aprenderse o venir de nacimiento como un extra del ADN. ¿Tú te sientes fuerte y seguro de ti mismo para crear los contenidos de tu web? Pues adelante. Eso sí, si tienes dudas o te entra el tembleque ante tus presuntas habilidades narrativas, sigue leyendo.
Hay gente que sobrevive (hay igualmente otros que viven a lo made in Hollywood) escribiendo para terceros, son redactores creativos, copywriters o dicho a lo vulgar escritores para todo. Pueden hacerte un inmenso favor (pagando, ehh) poniéndose a tu servicio, escuchándote y enjaretando vía singular creatividad al amparo de musas secretas un relato que te transforme en un casi nada en un casi Bill Gates o Mark Zuckerberg (hoy no tenemos más alternativas, disculpas mil).
En suma, debes ofrecer una atmósfera que invite a desvalijarte el comercio… previo abono de las existencias. Respira hondo, ya queda un suspiro para acabar.
¿Sabes de lo que hablas?
No te enojes por la preguntita de marras. Un virus llamado cuñadismo está invadiendo el cuerpo social desde hace años. Los cuñados son aquellos personajes vacíos de fuste intelectual que dan el pego diciendo ser más avispados que nadie. Opinan y polemizan incluso sobre el sexo de los ángeles. Antes se los llamaba, sin más colorantes retóricos, bo-ca-zas.
Ahora muy en serio, ¿sabes codificar?, ¿sabes dónde registrar un dominio?, ¿sabes cómo alojar una web en lugar seguro?, ¿sabes de técnicas avanzadas de mercadotecnia?, ¿sabes lo que ignoras? Respóndete con honestidad. Es tu web. Es tu éxito comercial o profesional. Es tu vida.
Si no tienes conocimientos avanzados en la materia, apunta, que estas webs te interesan una barbaridad auque los resultados no son muy buenos pero si no tienes mucho presupuesto te sacarán de un apuro: WordPress.com, Wix, Weebly.
¿Cuánta pasta tienes para tu web?
Todo el proceso de lanzar al mercado una web puede salirle gratis si lo haces tú mismo (solo invertirás mucho tiempo) o si te lo regalan amigos manitas en diseño web (el gasto solo será tiempo de espera y una deuda emocional de por vida). Si crees que puedes pagarla ¡Suerte! Aunque no hay problema en el peor de los casos
Si, en cambio, precisas gastarse un dinerito en cash, deberás hacer cuentas y cábalas al detalle, elaborando un plan en regla. No pienses en costes muy elevados. Lo que necesitas si ya lo tienes claro y meridiano es asesores profesionales de máxima confianza para desglosarte los partados imprescindibles y las acciones de segundo orden en importancia inmediata. Quitar de aquí, poner allí, sopesar…
De todo corazón deseamos haberte abierto los ojos para que veas el horizonte sin nieblas de pesimismo ni #ambientesidealestododecolorrosa. Si tienes pensado hacer una página web para tu empresa, negoio o proyecto y tienes dudas, por favor, deja tu comentario, mándanos un email o llámanos por teléfono. Te atenderemos como mereces, a patadas (en el original estaba tachada la palabra “patadas”, esto es obra de los delirios del copywriter).
En cualquir caso y bromas aparte en ideaWeb nos gusta asesorarte directa y transparentemente por eso no tenemos “alfombras rojas” en la puerta ni ostentosidades que te haga perder el foco, vamos directos al grano para hacerte la mejor pagina web para tu empresa o proyecto y sobre todo y lo más apreciado por nuestros clientes es que somos francos y claros, no nos gusta emborronar la información, asi que si necesitas unos diseñadores web profesionales, sinceros y sin pelos en la lengua, que te asesoren honesta y claramente pues consúltanos, seguro que te podemos ayudar con tu proyecto web.